29 diciembre 2020

Vida después de la Muerte

Desde muy pequeños se nos ha enseñado que hay vida después de la muerte, para ello prácticamente se nos ha obligado a creer y se nos habla de la Fe. Para quienes hemos nacido en hogares católicos, la Fe es una motivación, algo que nos mueve y rescata de la pasividad. Con el desarrollo, una serie de circunstancias nos han obligado a dudar y a buscar pruebas, convirtiéndose en nuestra contradicción esencial y humana en una carrera buscando ser felices. Ya Julián Marías lo dijo al inicio de su ensayo La Felicidad Humana: si hay algo en que los seres humanos están de acuerdo… es que la felicidad no existe, y sin embargo, no hay duda de que el ser humano es el ente que necesita ser feliz. 

Y siguiendo el ensayo, termina analizando la estructura de la vida, pero, sin decirlo nos deja en medio de la realidad y esta vida, que él mismo describe como que se termina en algún instante, cabe entonces preguntarse ¿qué sigue después?, ¿qué es la muerte? Y ¿cómo será nuestra relación con los que siguen en medio de esa realidad?

Hace poco, en uno de los capítulos de una interesante serie de televisión, sobre un hospital público en medio de una ciudad americana, ocurrió un diálogo que me quedo muy grabado. Trataba sobre una niña de 9 años que tenía una enfermedad terminal y no había solución a su problema. Los padres enfrentaban la difícil tarea de confortar a su niña y esta los retaba exigiendo que le dijeran el diagnóstico que habían recibido de los médicos. Enterada la niña de su inevitable fin, exige que le expliquen que va a pasar después. La madre desconsolada porque no sabía qué decir, el padre le decía que todo saldría bien y que confiara. Hasta el momento en que la niña enfrenta a una médico especialista en oncología y delante de los padres exige que le den una explicación sobre ¿qué es la muerte?, ¿cómo se siente? Y ¿cómo será su relación con sus padres si ella muere?

El desenlace se da cuando la médico, desacorde con la opinión de los padres intenta darle una explicación que me pareció muy gráfica y acertada, sobre todo porque rescata la relación de los padres con ella (la niña) La médico le dice, bájate de la cama …siéntate en esa silla, mirando la entrada de la habitación. Ella le pide que permanezca de espaldas a sus padres que se encuentran en la ventana mirando la espalda de la niña. La médico le dice, no se qué es, ni cómo es, a pesar de que veo muchas personas fallecer en este hospital. Sin embargo, ...así como tu, también estuve buscando una respuesta. Compartiré contigo lo que sé.

Creo que, después de la muerte, es como que estas aquí en este lugar, pero no puedes ver a tus padres que te quieren mucho. Y ellos también están aquí y tampoco te pueden ver y tú los quieres mucho, tampoco los puedes escuchar o abrazar. A pesar de que no los puedes ver, sabes que están aquí al igual que ellos saben que, tú estás aquí con ellos. Puedes sentir su cercanía, puedes hablarles y aunque no te respondan sabes que te sienten. Porque sus espíritus están conectados y seguirán así. A veces no se necesita hablar para saber cuanto te quieren y cuanto los quieres. A veces no se necesita acariciar. Cuando uno se va la emoción nos embarga, pero la mente y el espíritu siguen aquí y nos comunicamos sólo con nuestra energía.

Desde marzo, vengo recibiendo noticias de muchas personas cuyos familiares y amigos fallecieron, incluidos mis compañeros de promoción del colegio, personas que se pensaba, tendrían muchos años más por delante. Esta situación de pandemia ha puesto todo de cabeza y nosotros no estuvimos preparados, porque era algo impensable que pudiese ocurrir. Muchos hemos tenido que sacar otras palabras de condolencias y acompañamiento en el dolor, porque las repetíamos tanto que, ya sonaban trilladas y repetitivas.

En muchos casos querer ayudar a estas personas, consolarlas no resultaba tan fácil, pero esta situación se dificulta más con estas fiestas en que nos vemos invadidos por sentimientos de Salud, Amor, Suerte y Paz. Es más, invocamos a nuestra Amistad, sin embargo, las personas dolidas por sus pérdidas cercanas no admiten estos mensajes, porque como todos nosotros no tenemos ni idea del significado de la muerte, de ese postrer adiós.

Que hacemos, frente a las personas que este año no desean que las saludemos este Año Nuevo. A veces, solo basta que ellos sepan que estamos allí para ellos y ellas, pero ¿cómo se lo hacemos saber? Quizá sólo con un sencillo buenos días, una reflexión, algo de música. Lo importante es que sepan que estamos allí. Pero lo que no debe faltar es un sincero saludo de Bienaventuranza, quizá no como en años anteriores con mucha algarabía, pero si con un sincero y expreso deseo de bien, salud y amor.

Sintamos cerca a las personas que ya partieron, porque sabemos que coexisten con nosotros aquí en espíritu, que no los podemos ver, pero siguen con nosotros. Este Año Nuevo, quizá no esté lleno de risas, pero sí de alegrías de quienes nos hemos quedado aún, para compartir la Paz, la Salud, la Suerte y el Amor que nuestra Amistad contiene. Entonces, ¿cómo será después de la muerte?

La Vida después de la Muerte, sería entonces, para nosotros, captar la presencia de la otra persona, desprendiéndose de la experiencia inmediata, sensible, figurativa y emocional ligados al aquí y ahora, refugiándose en lo inefable para tratar de aprehender de dicha experiencia. Esa experiencia, es algo que tampoco teníamos pensado antes de la pandemia, sin embargo, ahora es más necesaria por nuestra propia salud mental y la de los que nos acompañan todavía en este mundo. A pesar de todo lo que pudiera ocurrir, sigamos construyendo en futuro, por ello reciban un ¡Venturoso Año 2021! Un gran abrazo virtual

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